El destino te lleva a sitios
insospechados, a lugares mágicos que se te quedan en la retina, a conocer a
personas que jamás creíste haber conocido. Sólo el hecho de estar en un lugar a
una determinada hora hace que ya tu vida gire de una manera distinta a la que
tenía que girar.
No puedes elegir lo que te pasará en el
futuro, solo puedes esperar a que salga a escena y una vez allí contemplar como
suceden las cosas, aprender de ellas y madurar.
No sabes nunca lo que te depara el
mañana, y quizás sea realmente lo que nos gusta a los humanos, pero al mismo
tiempo nos da vértigo asimilarlo y pensarlo. Tus acciones y tus opiniones hacen
que tu destino varíe, aunque realmente creo yo que lo llevas escrito desde que
naces. Sólo puedes moldearlo un poco y llevarlo al terreno que más te convenga,
pero sólo será si decides afrontarlo.
Muchas veces sabes que estás
participando en él y no te das cuenta, la felicidad está más cerca de lo que creemos,
la magia con la que te toca es caprichosa y si no estás preparado para ser tú
su ángel tocado, la felicidad elige a otro para que sea él la persona
agraciada.
A ti solo te queda ver como se va otra vez delante de tus narices.
Por eso amigo/a si estás leyendo este
escrito te pido por favor que luches por ella, no la dejes pasar, que no se te
escape, persíguela a donde vaya, y que te lleve a sitios que nunca creíste que
conocerías, obsesiónate con conseguirla y que te toque con su magia, porque me
lo agradecerás, y lo más importante de todo, tu te lo agradecerás, porque
verdaderamente la habrás encontrado y contra eso no hay nada en el mundo que te
pueda hacer daño.
Jesús Martín Oliva (17/03/14)
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